jueves, 28 de junio de 2012

¿Eres puntual?


Pues yo no sé cómo será en otras partes del mundo, porque de mi terruño no he salido; pero supongo que hay situaciones generalizadas que producen un mismo efecto, y dependen principalmente de la cultura de la mayoría; me refiero a la puntualidad (responsabilidad) que algunos tienen y otros, no tanto.

La puntualidad, cualidad a resaltar de muchos, por si significado frente al respeto y dignificación de los demás, pues ser puntual demuestra respeto hacia “el otro”, pero aclaremos que ser puntual no significa llegar mucho tiempo antes, significa llegar a la hora pactada, resalto esta última palabra, porque la imposición de horas en una cita, pues no es muy respetuoso que se diga, el disponer del tiempo de los demás sin mediación es bastante grosero; pero volviendo a lo que me acosa, el ser puntual es algo de rescatar, y para mi es bien significativo y diciente. Igualmente  dentro de la puntualidad cabe la posibilidad de cancelar la cita (por cualquier circunstancia) eso sí con un tiempo prudencial, y sobre todo disculparse por los inconvenientes a causar.

El individuo impuntual, dirá: “es mejor que me esperen y no esperar”, frase simplemente, fenomenal.   Demuestra la individualista, egoísta e irrespetuoso de esa situación, pues esa frase trae en el fondo, “mi tiempo es oro, el tuyo… nada”.

No quisiera decir que los colombianos somos impuntuales (generalizando la impuntualidad), pues no es del todo verdad,  ya que conozco a varias personas muy respetuosas que llegan a tiempo a todas las actividades, o como yo, que hacemos lo posible por ser puntuales, aclaro que hay situaciones que en ocasiones impiden lograr esta meta, pero si debo decir que muchos colombianos tienen por habito el llegar tarde a todo (acá supongo que no es cosa solo de colombianos y que en muchos lugares del mundo ocurre algo similar), algunos 15 o 20 minutos tarde, otros 26 horas, como el grupo de trabajo que hizo la limpieza de andenes en el conjunto donde vivo (… sin más comentarios al respecto).

Sin importar si soy líder, jefe, gerente, directivo, sin importar si se ostenta algún cargo o si se es un “simple” peatón, sin importar si se va a un trabajo, a una reunión, a tomar un café, o rumbo a un velorio, si se concilió una hora, debemos ser respetuosos de ese pacto y sobre todo ser respetuosos del tiempo de los demás y demostrarle a los otros que son tan o más importantes que nosotros mismos, y por ende respetamos su tiempo.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario